El
fenómeno “50 sombras de Grey”
¿Qué está pasando? ¿En
qué mundo vivimos? ¿Habéis visto la que se está montando?
Sinceramente creemos
que el mundo está loco.
Lo que comenzó siendo un
libro erótico/romántico para madres y señoras con más de dos
gatos, se ha transformado en un boom mediático que no deja a nadie
indiferente.
Cuando salió el primer
libro de esta trilogía en el año 2011 eran pocas las mujeres que
reconocían abiertamente haber leído este libro y las que lo decían
omitían la temática para que no se hicieran una “idea equivocada”
de ellas.
Cuatro años después sólo
hay que pasarse por una librería para ver que algo ha cambiado o
echar un vistazo a los libros más vendidos en google play.
¿Sabes ese libro que
cuesta tanto encontrar, que te aporta algo, te hace disfrutar
mientras lo lees, reír e incluso llorar de emoción con sus
personajes y cuando lo encuentras no quieres que termine nunca? Este
no es el caso.
Lo primero que nos viene a
la cabeza es: ¿quién ha escrito esto? ¡Parece que te lo esté
contando una amiga en un bar un sábado por la noche! Ante tal
despliegue de estilo literario continuamos la lectura donde recibimos
una lluvia de clichés:
Mujer adulta y virgen…
(guapa, pero mojigata) Chico rico y misterioso que oculta un oscuro
pasado. Historia de cuento de hadas donde el ser oscuro se transforma
en una mariposa de vainilla gracias a la intervención de la joven
virginal.
No hay quien se crea el
argumento y además genera una imagen bastante distorsionada del
papel de la mujer en el sexo. Que por otra parte ni es sexo ni es
nada. Llamamos “3 segundos Grey” al muchacho porque efectivamente
cuando la mete en caliente dura 3 segundos.
Básicamente la historia
se podría resumir en un hombre que intenta ocultar su oscuro pasado
y sus problemas a través de prácticas sexuales con mujeres de
escasa personalidad, a las que seduce con su imagen, un enorme
apartamento, sus gustos caros, helicópteros, coches con chófer... y
una joven inexperta que accede a dejar atrás su vida cuando conoce a
un hombre con poder al que se ata con un contrato sexual de por medio
(como si fuera un trato empresario – trabajadora) y termina
enamorándose y haciendo de él un hombre de bien sin ningún tipo de
trastorno.
Vamos, lo normal hoy en
día ¿verdad? Entonces por qué nos sorprende tanto leer titulares como “Acusado de violación dice que imitaba a Christian Grey” o “Mata
a su novia imitando una escena de 50 Sombras de Grey”... Será que
esto no es lo normal.
Es una de tantas modas que la gente sigue sin
pararse a pensar si lo que están imitando es bueno o malo.
Simplemente es lo que se lleva.
Desde aquí nos
preguntamos ¿Si se pusieran de moda las obras de Stephen Hawking
estaríamos todos observando las estrellas y teorizando sobre el
universo?